by Martin Ramirez

---

As a kid my dad used to tell me that predicting the weather in Bogota was easy.

“If the mountains were full of clouds it was because it was going to rain… If the mountains were not covered in clouds it was because it was already raining.”

Bogotá recently has been immersed in a heat wave caused by El Niño, that every day is becoming less a phenomenon and more playful. Each week we feel more comfortable wearing sandals, light-colors, and shorts, while in the past, Bogota was known for its sober, dark and, why not just say it, boring style. Nowadays, Bogotá wakes to find itself more like a European city in spring, and is calling its people to adapt their lives to the tropical city.

Climatologists predict that the effects of El Niño will impact Bogota until June. However, we should remember my dad: we all have to look at the mountains!

---

Cuando era niño mi papá me decía que predecir el tiempo en Bogotá era fácil.

“Si las montañas tenían nubes era porque iba a llover… Si las montañas no tenían nubes era porque estaba lloviendo.”

 Recientemente Bogotá se ha visto sumergida en una ola de calor causada por un fenómeno del Niño que cada vez es menos fenómeno y que de niño juguetón lo tiene todo. Cada vez nos sentimos más apropiados vistiendo sandalias, colores claros y pantalonetas cuando el bogotano era conocido por su estilo sobrio, oscuro y, por que no decirlo, aburrido. Ahora Bogotá se viste de ciudad europea en primavera y llama a sus habitantes a encontrar adaptar sus vidas a un clima de la ciudad tropical que es.

Los climatólogos predicen que los efectos del Fenómeno del Niño tendrán relevancia hasta Junio. Sin embargo, tenemos que recordar a mi papá. ¡Hay que ver las montañas!